KC 10/10: Cambiando impresiones

24 11 2011

Con esta pequeña reflexión se acaba el ciclo de artículos que escribí para la asignatura de Antropología Visual de Japón (impartida por el antropólogo Steven C. Fedorowicz, que creo que no lo nombré anteriormente). Fue un período corto, de tan solo un cuatrimestre, en que no se pudo profundizar todo lo deseable al tema de la antropología en Japón, pero sí sirvió para darme un marco sobre el que trabajar en la tarea de comprender un poco más este magnífico país.

Espero que haya gustado este pequeño ciclo. Ahora lo difícil será saber con qué continuar el blog 😛

Originalmente publicado en Keihan Chronicle el 14 de diciembre del 2009.

Han pasado más de tres meses desde que pisé Japón por primera vez, aunque me da la impresión de que sólo han pasado unos pocos días. Cuando empecé con este blog, dije que la primera impresión que me llevé del país es que no me impresionó tanto como creía que lo haría. La verdad es que durante este período he aprendido un montón de cosas, pero en general mi impresión no ha cambiado mucho.

Todavía queda mucho que aprender de Japón

No es que crea que Japón no tiene cosas interesantes, sino todo lo contrario. Siento que necesitaría varios años para empezar a darme cuenta de como es el Japón real. Por lo que he podido experimentar hasta ahora, me siento muy cómodo con el estilo de vida japonés, en algunos aspectos incluso más que con el de mi país de origen, pero al mismo tiempo he notado que no he sido capaz de conocer Japón tan profundamente como me habría gustado. La rutina del estudiante de intercambio tiene mucho que ver con ello, pues genera círculos cerrados y limitaciones de agenda de las que es difícil escapar.

Como los leones de bronce de enfrente de Yasaka jinja, seguiré observando

Por suerte, debido a que mi estancia se alargará un semestre más, tendré un buen período de tiempo para viajar, observar y sumergirme de lleno en nuevos aspectos de la sociedad japonesa, y eso me entusiasma, ya que mi campo de trabajo como antropólogo amateur se verá masivamente ampliado. Por ahora me alegro de haber aprendido cómo mejorar mis habilidades de observación y a usar las técnicas adecuadas para poder entender mejor mi entorno. Estoy convencido de que todo eso me será muy útil de ahora en adelante.





KC 9/10: Política en Japón

16 11 2011

La política en Japón ha sido siempre bastante convulsa, y no carente de todo tipo de polémicas y tensiones, por no hablar de la corrupción y otros asuntos sucios de los que no se salva ningún país. Señal de ello son los 31 primeros ministros que ha habido en los 64 años de la democracia de posguerra en Japón, en los que pocos han cumplido los 4 años de mandato.

Cuando llegué en Japón a finales de Agosto del 2009 se veía a venir ya el cambio de color en el gobierno, que rompería con la prácticamente ininterrumpida hegemonía de más de 50 años del Partido Liberal Democrático (LDP), y así fue. El Partido Democrático, de perfil menos derechista que su antecesor, se hizo con el poder, y así sigue hoy en día, aunque no se puede decir que les vaya mucho mejor que a sus rivales.

Los temas que se pueden tratar en política son infinitos, y tratándose de Japón todavía hay mucha más chicha de la que tenemos en otros sitios, por lo que para no ponerme en ningún atolladero decidí decantarme por un tema más liviano, el de la propaganda electoral.

Originalmente publicado en Keihan Chronicle el 12 de diciembre del 2009.

Cuando llegué a Japón, el 28 de Agosto, la campaña electoral por las elecciones generales, a dos días vista, estaba en plena marcha. Habían carteles de propaganda en cada esquina, casas particulares con la efigie de su candidato favorito e incluso ruidosas furgonetas recorriendo las calles pregonando las bondades de los candidatos de sus respectivos partidos a todo volumen. Todo ello tenía sentido, ya que no se trataba sólo de unas elecciones generales, ya algo importante por sí mismo, sino que también se trataba de un momento muy delicado para el gobierno, que no pasaba por su mejor época. Como todos sabemos, el resultado no fue menos impresionante.

Pósters de candidatos en Hirakata
Pasaron las semanas y la propaganda, como era de esperar, empezó a desaparecer de los espacios públicos, pero no completamente. Algunas casas y negocios todavía conrervaban en sus muros o ventanas la imágen de su candidato como si el período electoral continuase vigente y, todavía hoy, tres meses después, sodavía siguen ahí. Me sorprendió bastante porque en España es raro ver ese tipo de cosas fuera de los períodos electorales, además de que podría llegar a ser tema de conflicto entre vecinos. Sin embargo, eso parece una práctica corriente en Japón.

Hogar mostrando su afiliación política

Paseando por cualquier zona residencial es fácil hacerse una idea del tipo de gente que vive allí, ya que hay muchos más signos externos de los que podemos ver, por ejemplo, en España. No sólo por los carteles de propaganda electoral, sino también por las placas con el nombre de la familia, los objetos que se dejan fuera (por la falta de espacio), los coches en garajes abiertos, las pegatinas necesarias para poder tener un perro o los buzones de subsripción a periódicos. Estas son algunas de las «etiquetas» a las que el antropólogo T. Bestor se refiere cuando dice que Japón es una sociedad fuertemente etiquetada, de la que es fácil aprender con una observación meticulosa.

Aun usando gruesos cristales opacos en sus ventanas, los hogares japoneses probablemente muestran mucho más de ellos de lo que se podría esperar a primera vista. Esa es su manera de mostrar quiénes son, y el hecho de poder ver símbolos de distintas creencias o tendencias políticas de lado puede ser entendido como una señal de tolerancia. Al fin y al cabo todo el mundo tiene derecho a expresarse y el deber de respetar a los demás. Eso es de lo que trata la convivencia.





KC 8/10: Turismo estacional en Japón

7 11 2011

Después de tratar algunos temas a priori complicados como el género y la religión, dediqué la semana de tema libre a algo mucho más relajado y que a mi parecer refleja muy bien la manera de ser de los japoneses, siempre influenciados por el espectáculo que ofrecen sus bien diferenciadas cuatro estaciones.

Originalmente publicado en Keihan Chronicle el 1 de diciembre del 2009.

Si bien Japón es conocido por los cortos períodos de vacaciones del que sus habitantes disfrutan, más allá del cliché está el hecho de que Japón es una importantísima fuente de turistas, fácilmente identificables donde sea que vayan. El turismo doméstico, por su bajo coste y por no requerir períodos muy largos de vacaciones, es una práctica muy popular en Japón, por lo que las principales atracciones turísticas siempre están a rebosar de turistas nacionales, todavía muy superiores en número a los extranjeros.

De todos los períodos vacacionales, la primavera y el otoño destacan por dos de los principales eventos naturales presentes en Japón, el florecimiento del cerezo (桜) y el enrojecimiento de las hojas (紅葉). Ambos actos de apreciación de la naturaleza son muy importantes (por lo menos si lo comparamos con las culturas occidentales) y están profundamente conectados con la esencia, cultura y tradición nacionales de Japón. Admirando esos fenómenos naturales los japoneses, de manera consciente o no, rinden tributo a sus raíces shinto, basadas en la veneración de la naturaleza, y también a la herencia budista que otorga un valor especial a la fugacidad e imperfección de todas las cosas: igual que los pétalos y las hojas, todo perece en esta vida, y esta condición contiene un sentido de belleza desarrollado en la cultura y las artes japonesas durante siglos, dando nacimiento a conceptos literarios tan conocidos como el mono no aware o el wabi sabi.

Multitudes cerca de Kiyomizu-dera
Actualmente, a pesar de todas las distracciones y formas de diversión que el mundo moderno nos ofrece, todo tipo de gente se siente todavía fuertemente atraída por las vistas que ofrecen las cuatro estaciones, relacionadas al mismo tiempo con distintas comidas y actividades. Así pues, familias, parejas, grupos de amigos y multitud de fotógrafos (tanto aficionados como profesionales) no dejan escapar la oportunidad de capturar ese momento otro año más ya sea con la cámara del móvil o con carísimos objetivos fotográficos. Nadie quiere perderse el espectáculo que la rica naturaleza de Japón ofrece año tras año.
Montones de turistas apretados toman fotos con sus móviles y cámaras

No sólo aficionados disfrutan de los eventos estacionales
(foto tomada de Kirainet
)





KC 7/10: Religión: Saint Young Men

30 10 2011

Otro tema que puede dar para mucho. Igual que el del sexo, el tema de la religión está lleno de tabúes que hacen que no siempre sea fácil hablar de ello según con quien. Japón es un país bastante peculiar en cuanto a religión se refiere, y aunque en algunos casos hablar de según qué pueda incomodar, se podría decir que hay bastante más libertad de lo que estamos acostumbrados, pudiéndose hacer broma públicamente sin que nadie se ponga las manos a la cabeza. El siguiente artículo es un ejemplo de ello.

Originalmente publicado en Keihan Chronicle el 17 de noviembre del 2009.

En términos religiosos, Japón parece disfrutar de un nivel de libertad considerable en comparación con otros países, en especial aquellos donde predominan tradiciones monoteistas. El hecho de ser una sociedad basada en las creencias animistas y politeistas del Shinto, combinadas con una doctrina tan flexible como la del Budismo, ha hecho quizás que la sociedad moderna Japonesa sea más abierta y menos dogmática que las de países con tradiciones Cristianas o Islámicas, por ejemplo. De este modo la tendencia al sincretismo de los japoneses ha permitido suavizar los tabúes de mezclar creencias de naturaleza distinta, y eso es fácilmente demostrable viendo la de santuarios shintoistas que hay dentro de recintos de templos budistas o bien fijándose en el sistema híbrido de boda que toma su estética mayormente de la tradición cristiana.

Aun sabiendo esto, me hizo gracia ver hace un tiempo en Tsutaya un expositor y varios posters anunciando un manga en cuya portada aparecen  Buda y Jesús de lado, vestidos de manera casual y con un ademán de turista.


Cuando pensaba sobre el tema de este post se me ocurrió que podía darle una oportunidad y comprar un tomo para ver de qué iba realmente la cosa, y el resultado no fue menos interesante que mi primera impresión. 聖☆おにいさん, o «Saint Young Men» de Hikaru Nakamura nos presenta una visión humorística de dos de las figuras religiosas más importantes de la historia cambiando radicalmente el contexto sin ningún tipo de reserva.

El planteamiento inicial es sencillo: Jesús i Buda están cansados de vivir en sus respectivos paraísos y deciden tomarse un descanso yéndose a vivir en el japón contemporáneo como dos chicos jóvenes corrientes. Comparten un apartamento, hacen la compra en el konbini, viajan en metro y discuten sobre qué modelo de móvil podrían comprarse entre muchas otras actividades totalmente ordinarias. Sus personalidades son muy humanas y comunes, y lo único que les diferencia de los mortales son sus atributos físicos (corona de espinas, melena y barba para Jesús, y lóbulos grandes, protusión craneal y tercer ojo para Buda). Incluso Jesús parece sentirse orgulloso de que un grupo de colegialas le confundan por Johnny Depp, mientras que algunos confunden el peculiar peinado de Buda por una punch perm (peinado asociado a los yakuza). También atributos de personalidad asociados a estos personajes, como la paciencia o la generosidad, se ven continuamente reflejados y parodiados a lo largo del manga.


Mientras que una obra de contenido tan inofensivo sería condenada por un buen puñado de autoridades religiosas como algo blasfemo, en Japón eso se muestra como un producto más sin ningún otro objetivo que entretener a sus jóvenes lectores que, como a la mayoría de japoneses, la religión no les quita el sueño. A nadie le importa si el protagonista de un cómic humorístico está basado en Jesús, Lenin, Schwarzenegger o Mickey Mouse, porque es simplemente algo estético. A pesar de ello, la tendencia a romper tabúes de Japón, aun siendo más visible que en la mayoría de países occidentales, encuentra todavía dificultades en algunos temas que les tocan de cerca como la Familia Imperial, que aun hoy queda como uno de los tabúes culturales más fuertes del Japón contemporáneo.

聖☆おにいさん es publicado por Kodansha bajo su sello Morning KC, contando con 4 volúmenes (7 a la fecha de la re-publicación del artículo) por ahora y disfrutando de un considerable éxito, con 13 ediciones impresas de su primer tomo desde su publicación en enero del 2008.


Una versión traducida al inglés puede seer leída aquí:

http://www.mangafox.com/manga/saint_oniisan/





KC 6/10: Género en Japón: Dinero fácil para las chicas

23 10 2011

Nuevo tema de los que no es fácil hablar, ya que tienden a causar polémica. La industria del sexo es algo tan tabú como masivo en Japón, y eso crea una serie de fuertes contradicciones en muchos aspectos de la sociedad. El tema de hoy toca una de las múltiples esquinas del tema, no menos polémica que las demás debido a que a veces es muy difícil discernir entre la delgada línea que separa el entretenimiento de la prostitución. Esto trata sólo de ser una aproximación objetiva a algo que pude observar y que me llamó la atención. Las valoraciones, pues, se las cedo al lector.

Originalmente publicado en Keihan Chronicle el 5 de noviembre del 2009.

Cuando caminando por la calle encuentras un expositor de revistas en que se puede leer la palabra «gratis», es lógico que te pares a echar un vistazo, y más cuando las portadas son llamativas, y ya no digamos si muestra imágenes de chicas monas.

El fin de semana pasado paseaba cerca del templo de Tôji en Kyoto cuando encontré uno de estos expositores. Sin fijarme demasiado tomé un par de ejemplares simplemente por curiosidad, atraído también por lo curioso de sus nombres (como «Collon», por ejemplo). Mientras me alejaba noté en la portada el símbolo de «para mayores de 18» en la portada. «Eso es sospechoso…» pensé. «¿Porno gratis en la calle?» imposible…

¿Adivinarías de qué tratan a primera vista?

Por prudencia decidí esperar a llegar a casa para echarles un vistazo (ya que iban envueltas en celofán) y averiguar de qué iba el asunto. Al fin lo entendí. Una de las revistas llevaba el subtitulo de «Superwork-magazine Collon for girls» como pista. A partir de ello sólo hizo falta un vistazo rápido para saber que la finalidad de dichas publicaciones (prácticamente lo mismo en las dos) era ofrecer trabajo en toda clase de clubs nocturnos, que iban desde camarera hasta cosas cercanas a la prostitución, pero centrándose sobretodo en el mundo de las «hostess», como puede verse en la foto.

Ofertas de trabajo: «kyabakura», «delivery health» o «SM clubs» entre otros
Detrás de este montón de eufemismos se esconde (aunque es bastante evidente) todo un mundo de entretenimiento para adultos e industria sexual similar al que se muestra en el documental «The Great Happiness Space» que vimos en clase, pero en el aspecto femenino. Todos los anuncios en estas publicaciones destacan la facilidad para ganar grandes cantidades de dinero en poco tiempo, así como las «garantías» de que el trabajo no implica obligaciones que vayan más allá de lo necesario.

Garantías de sueldo y seguridad

A parte de la naturaleza de estos trabajos, lo que da a pensar es la facilidad de acceso a este tipo de publicaciones. Estas revistas las encontré en una calle tranquila de Kyoto, pero más adelante también las vi en varios sitios distintos, entre los que se encontraba una pequeña librería cerca del campus de Kansai Gaidai. Aun sin tener ninguna prueba de ello, eso da a pensar hasta qué punto chicas jóvenes y estudiantes elegirán este método para cubrir sus gastos y asta qué punto esto puede ser bueno para la sociedad.

Se podría hasta encontrar un símil entre los clubs de camareras y las salas de Pachinko. Aunque las últimas son más numerosas (o por lo menos más visibles), ambos negocios tienen una importante presencia en el mundo del entretenimiento para adultos en Japón y, al mismo tiempo, los dos desafían las fronteras de la legalidad, ya que con la ley en la mano tanto el juego como la prostitución están totalmente prohibidos. Más allá de la discusión moral a la que este tema pueda llevar, creo que lo más importante a tener en cuenta es la posición que la sociedad japonesa y sus principales poderes adoptan frente a esta tendencia en la industria del entretenimiento. ¿Ayuda esto a la gente (trabajadores y clientes) a ver realizadas sus necesidades y esperanzas, o más bien los sume en una espiral de desesperación y desencanto como el que se puede ver en el documental anteriormente nombrado? Sin duda esto es algo que requiere de una profunda discusión que este simple post no puede proporcionar…